A ver, el hype en la city era tan alto como si Ramón García anunciase que da las campanadas con un no-vestido de la Pedroche. ¿Es lo que más que me gustaría ver? No, pero… obvio que lo vería. El ser humano es así.
El concepto en Zaragoza es relativamente nuevo, solo los del grupo @laminerogrupo hacen algo similar salvando las distancias en inversión. Son sitios en los que meten mucha pasta en decoración y experiencia, que no sea solo comer. Esta gente ya tiene abiertos 4 en Valencia y han decidido dar el salto a otras ciudades.
Adelanto que ha estado dos semanas abierto (si llega) y lo cerraron “temporalmente” por “vete tu a saber que motivo”, no seré yo quien haga de vieja del visillo, aunque hay.. rumore rumore rumore. Os cuanto como fue, ya que pude ir al principio antes de su cierre
En este caso el “viaje” es a Nueva Zelanda, con una temática mezcla de la comarca de los Hobbits con una entrada y música que recuerda a Harry Potter o a Narnia.
En la entrada te agrupas como borregos con otras personas que entran a la misma hora, dices en el mostrador “hola majo, estamos aquí” y te llaman. Te cuenta las misma movida de los elementos, que metas la mano a ver que elemento eres bla bla bla… Tras la patochada de ver qué te toca como elemento primario y pasar por el pasillo con luces, sonido y animaciones llegas a la sala. Parece enorme, y lo es, pero no tanto, está llena de espejos para dar profundidad. Se escucha la cascada, las mesas centrales sobre el rio son redondas separadas por tronquitos de madera. Ojo no se te caiga el móvil por algún hueco y se te vaya al agua.
Hay unas pocas mesas dentro de lo que simula ser una casa hobbit. Otras están en una especie de plataforma. Fuimos a cenar, todo estaba oscurito y la vedad que el ambiente era muy agradable.
Una amable muchacha nos sienta en la mesa y ya veo… perdón, mejor dicho, no veo… ya que el modo “candlelight” está encendido y hay muy poca luz en la mesa. Es todo muy bonito, pero tenue. De día la cosa cambia ya que el techo está cubierto de ramas con hojas pero hay una claraboya enorme que deja pasar la luz. Vamos a saber lo que comemos pero algo justito
La carta ya estaba requetemirada, además Coquito ya había hecho una incursión previa y nos indicó alguna cosita.
Llega la primera parte de la comanda, toda de vez y bien rápido
STEAK BRIOCHE 5.50€
Pues bueno, bien, dos bocados y listo. Se come fácil pero no hay ningún sabor que te arquee el orto
BRIOCHE ATÚN ROJO 5.50€
Como un tartar metido en pan
GYOZAS DE RABO DE TORO 6.50€
4 unidades. Estaban viciosillas, sobre todo por la suave salsita. Me gustaron
HUMMUS 6.50€
Acompañado de unos triángulos de pita gordo. Es un buen entrante para compartir y además bastante barato
TORTILLA TRUFADA 8.90€
Buen punto, sabor a trufa pero lo justo. Buena elección
Tras un cohitus interruptus alimentario llega la segunda parte de la comanda
CANELÓN CARRILLERA 13.50€
Últimamente hay canelón de carrillera o de rabo de toro por todas partes, pero bueno, yo soy muy fan de la comida deconstruida. Estaba bastante decente.
KOREAN RIBS 10.50€
Te encontrabas demasiado huesecitos, además es un palto que si no lo mezclas con toda la salsa y el arroz que lo acompañaba te pierdes mucho. Yo lo presentaría ya desmigado con el arroz al lado si quieres pero en el mismo plato.
BERENEJENA A LA LLAMA 10.50€
Bien, bastante rica
De birra… unas Heineken a 3.50€ y Águila sin filtrar a 3.90€
De torrija… no nos apetecía nada y nos habíamos quedado bien
La salida es por un tubo de lucecitas azul que te devuelve a la “realidad”
Que te digo… Pues que el sitio es chulo, y al menos para ir una vez deberías hacerlo. La comida está bien, tampoco es para tirar cohetes o diferente, tienes cartas similares por doquier por ahí. Saldrás comido por 25-30€. Es un precio razonable por el tipo de comida y el entorno. No lo aconsejo para mesas muy grandes de más de 6 personas la verdad
Todo esto si vuelven a abrir… claro está