Aprendimos la lección: lo de improvisar está bien para una caña rápida, pero no para cenar en garito fino. Reserva con tiempo y te quitas líos. Peeero claro… Pumuki aparece el día antes con cara de “yo también” y a Coquito le toca ampliar la reserva. De tres a cuatro, tampoco es problema. El cabrito por cierto estaba saltarín y hubo que aguantarlo un rato
El local, de postal. Bastante más chulo que cuando lo conocí con otro nombre. Aprovechamiento máximo del espacio, decoración con criterio, y hasta un reservado para ocho, por si te quieres sentir mafioso con estilo o futbolista molón.
La carta… breve como conversación de ascensor si te bajas en el primero. La de vinos, en cambio, larga como cola de baño en festival, con opciones caras si te apetece lucir cartera. Nosotros fuimos a lo práctico: LEGARIS Ribera del Duero, 17,50 €, y expediente cubierto. Previamente para pensarlo unas birras a 3.20€
TOSTÓN PRESA Y CHORIZO 6.50€
Me esperaba un golpe de sabor tocho, pero resultó un plato suave y fino, como si esperas a los Sacamantecas y aparece Emma Stone con una sonrisa.
CROQUETA DE AJI 3€
Perfecta de punto, leve picorcillo que entra sin asustar a nadie
CEVICHE G 23€
Muy rico, pero el pescado había que buscarlo con mapa y linterna. Con diez así me llenaba… pero igual me quedaba tieso de cartera.
ARROZ DE PANCETA Y TORTILLA VAGA 18€
Menos mal que se pidió. Estaba cojonudo, el picante entraba despacito, como quien no quiere la cosa. Importante también: llenaba. Cantidad generosa.
LOMO SALTADO 18€
Bien hecho: patata frita crujiente, carne al punto, verduritas y un fondo sabrosísimo. Viene con arroz, que conviene mezclar con todo: pasa de “sosorroz” a “molorroz” en un segundo.
COULANT DULCE DE LECHE 6.50€
TARTA DE QUESO 6.50€
Viejos conocidos de cuando esto era Punto Gastronómico. Postres de esos que te desmontan la mesa y la dieta. Imprescindibles. Dejad hueco… que no os va a costar.
Bien por el garito, mejor por su fresca cocina