Si sabes restar verás que este garito lleva abierto la friolera de 67 años, aproximadamente la edad que te vas a jubilar (como mínimo). El garito abrió como heladería, pero por cosas del destino empezó a hacer hamburguesas gracias a influencias de personal de la base aérea americana… pero claro aquí no había pan redondo o ketchup, ni se les esperaba, así que hicieron su spanish version, con la forma de la burger alargada como el panecillo que usaban y una salsa de tomate como sustitutivo. Sin saberlo estaban haciendo las primeras hamburguesas de la ciudad, y es más, algo muy similar a lo que ahora es una smash burger ya que estiraban y chafaban la carne sobre la plancha, dejando el queso encima derritiéndose y tostando los bordes.
Ahora que las hamburgueserías aparecen como setas por toda la ciudad merece más la pena destacar estos sitios con esencia y personalidad propia.
El pequeño garito sigue igual, la terraza como siempre suele llenarse… ahora solo se suma un ejército de gloveros que reparte por toda la ciudad a diestro y sniestro.
En su carta bocadillos de frankfurt, hamburguesa, lomo, pollo, sandwiches y tostadas. Poco más salvo unas bravas
Ni el pan es brioche, ni la carne está madurada 60 días, ni hay que comérsela con guantes, ni lleva una galleta lotus incrustada… no… es solo un bocadillo con cuatro cosas dentro, que te lo comes muy a gusto con sabor a “lo de siempre”. Si no has crecido comiéndolas no lo entenderá nunca… insensato
BOCADILLO HAMBURGUESA 6.50€
BOCADILLO FRANKFURT 7.20€
bacon, queso edam, tomate frito casero, mostaza y cebolla
PATATAS BRAVAS 5.50€