Andábamos por Bakio, lugar donde hay mas tablas de surf que tortillas de patatas rellenas de cosas, buscando un sitio donde echar una cervecita y pensar donde cenar después.
El garito no es muy grande pero tiene amplia terraza, así que como aguanta la tarde (alguna nube acecha) ahí que vamos.
Mi secretaria Ofelia olisquea un grifo de cerveza, no le es conocido, pero algo le atrae…. descubre que es Bilbao Oro, una cerveza tostada sin filtrar…. no había terminado el camarero de decirlo y ya había pedido dos. Gran cerveza, si señor
La secretaria andaba con poca gana, las carreras gastronómicas de varios días pueden con ella, es más de pequeños sprints, pero claro, ya se hacía hora de cenar y eso no se puede pasar.
Pedimos de picar unas gildas, tartar de atún rojo que estaba excelente con un toque asiático y un pita de roastbeef, bien. De postre una tarta de queso, buena, pero con la pega de que no se esparramaba como me mola.
No es un sitio barato, pero es que Euskadi en general y zona de playa en particular no lo es.